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12 may 20
¿Qué importancia ha cobrado la razón de ser de las compañías en tiempos de Covid-19? ¿Acaso se ha potenciado la necesidad de practicar un negocio responsable? En los últimos tiempos la responsabilidad empresarial ha sido un concepto cada vez más desarrollado por diferentes compañías. Si antes este término era de vital importancia para el desarrollo de cualquier emprendimiento, con la vuelta a la nueva normalidad post Covid-19 su papel se verá intensificado. En momentos como este cobra especial relevancia una filosofía que nos acompaña desde hace más de medio siglo. Y que hoy reivindicamos más que nunca.
Es una respuesta sencilla para una práctica compleja pero necesaria: será decisiva la colaboración de las empresas para salir de esta situación sin dejar a nadie atrás. Somos agentes económicos de enorme importancia y tenemos que estar a la altura de lo requerido por esta inédita situación. Tan solo en España, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE)1, existen 2,63 millones de empresas que generan riqueza. Así, la responsabilidad pasará primero por garantizar el bienestar de todas las personas, manteniendo la seguridad de aquellos equipos que han redoblado sus esfuerzos durante el confinamiento y garantizando una vuelta segura a todos aquellos que han tenido que adaptarse al teletrabajo a marchas forzadas.
Solo unas sólidas medidas de seguridad, un aumento de la flexibilidad y una apertura hacia nuevos modelos de trabajo permitirán a las empresas demostrar su firme compromiso con la salud de sus equipos humanos y su voluntad de adaptación a la nueva normalidad, que traerá consigo una serie de retos que demandarán la estrecha colaboración de todos los agentes sociales. Unos retos complicados, pero también apasionante porque saldremos mejores, más unidos y con más fuerza.
En segundo lugar, la transparencia cobrará especial relevancia en el día a día de la actividad empresarial. ¿Qué más? El refuerzo de programas medioambientales o que fomenten la biodiversidad, medidas que promuevan la igualdad de oportunidades y el desarrollo del talento... La sociedad es cada vez más exigente con la información fluida y de calidad y las empresas hemos de cumplir con nuestra obligación con paredes de cristal para generar confianza y credibilidad.
El propósito, un punto de partida necesario
A lo largo de la emergencia sanitaria hemos tomado la decisión de ser responsables ante la situación, dando un paso adelante para colaborar en la lucha contra el Covid-19. De esta forma, nos hemos unido a autoridades locales, organismos sociales e instituciones sanitarias para aportar valor en aquellos huecos que la crisis ha ido abriendo. Este paso a la acción ha sido liderado por compañías que ya integraban la responsabilidad en su negocio antes del coronavirus, aquellas para las que aportar un valor añadido a la sociedad siempre ha representado una prioridad.
Y no es un compromiso vacío. Alberto Andreu, doctor en Economía y Empresa, consejero editorial de Ethic y Senior Advisor de EY, y Alberto Castilla, socio de EY (Ernst & Young), en un artículo publicado en Ethic2, identificaban a las compañías con un “propósito”. Cuál es nuestra razón de ser para hacerlo notar en toda la cadena de valor y no ignorar las cuestiones no financieras.
Todd Sears, colaborador de la revista Forbes, publicó las conclusiones principales de una conversación con Jeff Stier, de America’s Lead: Purpose + Vision Realized, y Beth Brooke-Marciniak, de EY3. En esta conversación, ambos aseguran que “el propósito no trata sobre el impacto social, sino sobre el impacto humano”. Además, coinciden en que está directamente relacionado con la sostenibilidad. Es decir, el propósito consistiría en responder a la pregunta: “¿Qué hago para ofrecer lo mejor?”.
Nuestro propósito es claro: dar lo mejor para el futuro de la alimentación. Y siendo responsables con el presente para impactar de forma positiva en la sociedad. Para dar respuesta la crisis del Covid-19, nos hemos centrado en potenciar nuestros niveles de producción para garantizar el suministro de productos en todos los puntos de venta a nivel nacional. Trabajamos para aportar normalidad a una situación difícil, sin precedentes, que ha azotado sin previo aviso al conjunto de la población. Esto ha sido posible gracias al enorme esfuerzo de nuestro equipo humano que se ha mantenido al pie del cañón durante la emergencia, constituyendo el verdadero espíritu de responsabilidad que nos caracteriza.
Y lo hemos hecho como una empresa familiar. Para Manuel Bermejo, PhD, presidente en The Family Advisory Board y profesor IE Business School, “la familia empresaria constituye un complejo ecosistema donde conviven negocios (razón) y familia (emoción) que debe ser gobernado con inteligente equilibrio”. Así explicaba la importancia del buen hacer de la empresa familiar en un artículo publicado en El Independiente4: “Revisar los valores que han permitido a los propietarios de un negocio perdurar en el tiempo es una eficaz receta para generar esa pasión compartida tan necesaria para abordar los más difíciles retos”. Como empresa familiar con medio siglo de experiencia e historia, defendemos los valores que han hecho de esta compañía lo que somos.
Conscientes de ello, y presenciando la emergencia social surgida a raíz de la pandemia del Covid-19, que podría dejar en situación de vulnerabilidad a un 18,4 % de la población española, desde Calidad Pascual hemos decidido actuar.
Así, nos hemos unido a Cáritas Española para ofrecer más de un millón de desayunos a los colectivos más afectados por la crisis actual.
La pandemia del Covid-19 ha hecho que reforcemos el papel que jugamos dentro de la sociedad, así como nuestra manera de aportar lo mejor en la vuelta a la nueva normalidad para mejorar la calidad de vida de las personas. Seguiremos practicando y potenciando un negocio responsable, en el que la sostenibilidad y la pasión por lo que hacemos continuarán siendo los protagonistas de nuestro día a día.
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