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28 mar 19
Por su parte, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha establecido las medidas de acompañamiento obligatorias para el desarrollo del programa, que buscan proporcionar material didáctico sobre estos productos, sus propiedades, beneficios en la dieta, curiosidades y juegos.
La leche es un alimento muy completo que contiene diversos nutrientes esenciales para un correcto crecimiento y desarrollo durante todo el ciclo de vida, por lo que este alimento se ha convertido en uno de los más importantes dentro de los programas de alimentación escolar. Además, supone una fuente de proteínas de alta calidad y aporta cantidades importantes de vitamina D.
“La meta de este programa es fomentar el consumo de lácteos en los niños conseguir revertir la pobreza infantil entre la población más vulnerable, llegar a pueblos de difícil acceso donde también hay niños. En definitiva, que ningún escolar se quede sin leche” ha señalado Oscar Hernández, nuestro director de Relaciones Institucionales.
Con este programa, distribuiremos dos tipos de leche en formato monodosis de 200ml, entera y sin lactosa semidesnatada para adaptarse a todos los niños. Como indica Hernández, “los productos que tomen estos escolares están elaborados con Leche Pascual procedente de sus granjas certificadas en Bienestar Animal por AENOR. Un certificado basado en el referencial Welfare Quality®, el más alto estándar europeo utilizado para las evaluaciones en granja”.
Esta iniciativa está destinada a los colegios que formen parte del Programa Escolar de Consumo de Frutas, Hortalizas y Leche con el fin de fomentar el consumo de forma saludable y el conocimiento de la leche entre la población infantil cuando adquieren hábitos alimenticios. La Federación de Industrias Lácteas (Fenil) señala que casi el 100% de los hogares españoles siguen comprando productos lácteos, pero el consumo de leche ha caído un 20% desde el año 2000. En concreto, se ha pasado de los cuatro millones de toneladas de leche que se consumían en los hogares hace 18 años a las 3,1 millones de toneladas. “Un dato alarmante que este tipo de programas tratan de revertir”, concluye Hernández.
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