Compartir:
Valorar:
6
20 ago 19
Como destaca nuestra responsable de Nutrición y Salud, Elena Garea, “simplemente, no podemos vivir sin agua”. Es fundamental para mantener al cuerpo hidratado y permitir que funcione correctamente. Tal es así que “podemos aguantar sin beber en situaciones extremas un máximo de 72 horas, a partir de aquí es incompatible con la vida”.
Constantemente nuestro organismo pierde agua y necesita permanecer hidratado. Para ello, la mejor bebida es el agua, consumida preferiblemente a temperatura ambiente. A la hora de hidratarnos debemos prestar atención a qué otro tipo de nutrientes ingerimos, como por ejemplo la cantidad de azúcar añadido, o también, la cantidad de grasa y sal. Garea apunta que “aunque es cierto que en la alimentación incorporamos otros muchos líquidos que nos ayudan a mantener este equilibrio hídrico, la mejor forma de hidratarse de manera saludable siempre es a partir del agua”.
De tal manera, la hidratación impacta directamente en el estado nutricional y su labor es fundamental para el funcionamiento correcto de nuestro organismo. Entre otras cosas, mantiene en buen estado la piel y las mucosas, ayuda a regular nuestra temperatura corporal y favorece nuestras funciones cognitivas.
Mantenernos hidratados es importante para nuestra salud, aunque el 75% de las personas no bebe suficiente agua a diario. Los especialistas recomiendan beber dos litros de agua diarios, cantidad que puede ser superior en situaciones fisiológicas concretas: “En el embarazo y amamantamiento podemos necesitar hasta tres litros diarios. También el hecho de practicar ejercicio físico aumenta las necesidades de agua de manera considerable”, puntualiza nuestra profesional.
Una de las prácticas más importantes es beber incluso sin sed y garantizar que incorporamos lo que nuestro cuerpo necesita: “Somos muy sensibles a la deshidratación. De hecho, una pérdida de tan solo un 1% del agua en nuestro cuerpo ya es un indicio que desata la sensación de sed”.
Las recomendaciones sobre la ingesta diaria de agua son aplicables a todos, independientemente de la condición física o la edad. Sin embargo, las personas mayores cuentan con unas necesidades hídricas superiores debido a que “pueden tener modificada la percepción de la sed e incorporan agua cuando el grado de deshidratación es mayor, y por otro lado, pueden haber desarrollado patologías renales o de otro tipo que hayan alterado el equilibrio hídrico interno”, apunta Garea.
Durante todo el año debemos prestar atención a la hidratación, pero debido a las altas temperaturas y el uso de aparatos de aire acondicionado que provocan ambientes más secos, el verano es la época del año más crítica. Por eso, es importante que durante estos meses recuerdes las siguientes pautas:
Bebe sin tener sed.
Ofrece agua tanto a niños como a personas mayores sin esperar a que nos la pidan.
Camina siempre con una botella de agua a mano.
Evita exponerte al sol en las horas más críticas.
Acude a la playa o a la piscina. Mantente siempre con agua cerca.
Hidrátate antes, durante y después de una actividad física.
Con ello, solo te quedará disfrutar de los mejores planes de verano. Elijas playa, montaña o ciudad, no te olvides de llevar contigo una botella de agua y mantener un dieta variada y equilibrada.
Compartir:
Valorar:
6