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20 ene 20
Cultivo sostenible de soja de Calidad Pascual
¿Falta de normativa? ¿De concienciación? Lo cierto es que, tanto en España como en Europa se carece de una normativa específica que ataje el desperdicio de alimentos. Tan solo, eso sí, el compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y a exigir en la directiva sobre residuos, que los Estados miembros establezcan “medidas específicas” e incentivos para luchar contra el desperdicio alimentario y a compartir sus avances en este ámbito.
No obstante, a pesar de la ausencia de normas comunitarias específicas, existe la posibilidad de que cada país implante sus propias leyes. Así, destaca, por ejemplo, Francia, que en 2015 tomó una decisión pionera a través de una enmienda a su ley de Transición Energética: prohibir que los supermercados con una superficie superior a los 400 metros, tiren productos perecederos. Además, están obligados a donarlos o a destinarlos a compostaje.
Esta iniciativa será ampliada, por el país galo, para otros productos, desde la ropa a los electrodomésticos.
En España, según los datos del Panel de cuantificación del desperdicio alimentario en hogares, del los hogares desperdiciaron un total de 1.339 millones de kilos de alimentos y bebidas entre enero y diciembre de 2018, lo que supone un incremento del 8,9%, respecto al año anterior (109 millones de kilos más).
Del total de alimentos desechados, 1.127 millones de kilogramos corresponden a productos sin utilizar, y 212 millones a alimentos ya cocinados. Esta parte representa tan tolo el 15,8% del volumen del desperdicio.
Respecto a los productos sin utilizar que más se desperdician, se encuentran las frutas y hortalizas y verduras, con un 46% del volumen de productos sin utilizar, seguido de los derivados lácteos (13%). Sin embargo, se han registrado cifras de descenso del desperdicio en alimentos como el pan (5%) y el pescado (2,3%).
Estos datos resultan alarmantes para Calidad Pascual, una empresa desde siempre concienciada con la importancia de la prevención y reducción del desperdicio alimentario. A este respecto, destacan las acciones llevadas a cabo por la entidad, dentro de su propio proceso productivo. Así, de los más de un millón de toneladas de alimentos comercializados al año por Calidad Pascual, solo un 0,21% no se vende en el mercado, pero tienen otros destinos.
Así, un 20% son donados a ONG y Bancos de Alimentos; el 70,4% es destinado a alimentación animal y el 9,6% a compostaje, cerrando así el ciclo, devolviéndolo a la tierra que queremos proteger.
Además, de esto, la compañía lleva a cabo, desde finales de 2013, la iniciativa de concienciación y sensibilización social Movimiento RAP. Se trata de una acción para informar a la sociedad acerca de las importantes cifras de desperdicio de alimentos existentes en España y el mundo, ofreciendo, a su vez, propuestas y consejos para prevenirlas, a través de las siglas RAP (Reduce-Ahorra-Protege).
Así, destaca el Decálogo RAP, con consejos para evitar el desperdicio alimentos, y trucos y tips para conservar los alimentos en buen estado y saber, a su vez, cómo aprovechar sus excedentes. Para ello, la entidad, además de la web: https://www.calidadpascual.com/movimiento-rap, utiliza diferentes perfiles en RRSS: @MovRAP en Twitter y facebook.com/movimientorap, en Facebook.
A continuación, Joseba Arano, director de Gestión Ética, Responsable y Excelente de Calidad Pascual y Óscar Hernández, director de Relaciones Institucionales, explican la importancia que juega para la compañía la reducción del desperdicio alimentario.
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Aceptar cookiesEntrevista a Joseba Arano, director de Gestión Ética, Responsable y Excelente de Calidad Pascual
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Aceptar cookiesÓscar Hernández, director de Relaciones Institucionales, de Calidad Pascual
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