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10 ago 20
En cuanto a la dieta, diversos organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiendan mantener una alimentación equilibrada consistente en la ingesta de un 50% de hidratos de carbono, un 35% de lípidos y un 15% de proteínas. Esta alimentación, según la OMS, ha de combinarse con una actividad física aeróbica de 150 minutos semanales, en caso de ser moderada, o de 75 minutos si es vigorosa.
Según el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), cada día se pierden en torno a 2,5 litros a través de la respiración, el sudor, la orinas y las heces, una cantidad que ha de ser reestablecida a través de la ingesta de 10 vasos diarios, alrededor de 2 litros, dependiendo del organismo de cada persona. Sin embargo, el 75% de los españoles no alcanza la cantidad de ingesta propuesta por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la OMS[1].
Además, una correcta hidratación cumple un papel importante en la digestión de los alimentos, así como en la absorción de los nutrientes. Es decir, una alimentación saludable pasa por tener una correcta hidratación, para no perjudicar las funciones físicas y cognitivas normales. A esto hay que añadir que en verano se multiplica la necesidad de beber agua, ya que ayuda a regular la temperatura del organismo.
La pirámide de hidratación
Al igual que ocurre con la alimentación, la hidratación también tiene su propia pirámide, elaborada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) en su Guía para una hidratación saludable[2]. En la base, se organizan todas aquellas bebidas/liquidos que son de consumo habitual y las situadas en el vértice se corresponden con las de consumo esporádico u ocasional.
De esta forma, en la base de la pirámide se encuentran las aguas minerales, aguas de manantial o de grifo de bajo contenido salino; más arriba, se pueden ver aguas minerales o del grifo con mayor contenido salino, bebidas refrescantes sin azúcar y té o café sin azúcar; en el tercer escalón, zumos de frutas naturales, zumos comerciales a base de fruta, leche o productos lácteos bajos en grasa sin azúcar, cerveza sin alcohol, bebidas para deportistas y té o café con azúcar; casi en la cima, estarían las bebidas refrescantes edulcoradas, y en el vértice de la pirámide las bebidas alcohólicas de baja graduación, lo que se conocen como bebidas fermentadas.
Cabe destacar que nuestra hidratación ha de integrar una gran cantidad de las bebidas que componen la primera base, con unos 10 vasos diarios de consumo total para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Es decir, que el agua mineral natural ha de estar en un primer plano, mientras que las bebidas alcohólicas de baja gradación no están recomendadas, tan solo en ocasiones esporádicas.
Así, el agua Bezoya, de mineralización muy débil, es una perfecta solución para cumplir con esta pirámide. El agua repercute positivamente en el correcto desarrollo de las funciones físicas y cognitivas de nuestro organismo.
Cómo beber agua de manera correcta
Aunque parezca una trivialidad, la forma en que se toma agua también afecta a nuestro organismo. Así, el aparato digestivo solo es capaz de asimilar y digerir unos 800 ml de líquido a la hora, por lo que lo recomendable es beber agua en sorbos pequeños, lentamente, y a una temperatura que oscile entre los 10 y 15º C. Además, la calidad del agua es de suma importancia, destacando, según el IIAS, el Agua Mineral Natural, por sus características es envasada a pie de manantial; mantiene una composición constante en minerales y oligoelementos.
Por ello, Bezoya es una buena opción para esos momentos en los que necesitamos rehidratar el cuerpo, ya sea durante actividades al aire libre o en el mismo puesto de trabajo. Con la implementación del teletrabajo, muchas personas han tenido que acondicionar su vivienda para conseguir un ambiente de oficina, lo que se conoce como home office. Pero esto ha entrañado algunos problemas para ciertas personas, ya que la ventilación o la climatización no son las mismas que pudieran ser en las oficinas tradicionales.
En este sentido, en nuestras oficinas en casa se pueden perder más líquidos. Así, el IIAS ofrece unas pautas de hidratación en el lugar de trabajo para rendir más y sentirnos mejor, como beber a pequeños sorbos unos 330 ml cada dos horas, evitando comidas copiosas y eligiendo Agua Mineral Natural[3]. Así, los diferentes formatos de Bezoya ofrecen un agua de mineralización muy débil recogida directamente de los manantiales.
Además, las botellas pequeñas y garrafas de Bezoya están fabricadas con un 100% de plástico reciclado (RPET), mientras que las medianas contarán con un 50% de RPET este año, contribuyendo así al cuidado del medioambiente. Nuestro compromiso es que el 100% de los formatos sean de plástico reciclado para 2022. Así que, ahora que el calor aprieta, no existen excusas para no hidratarse si tenemos a Bezoya a nuestro lado. Porque podemos hidratarnos sin dejar a un lado el respeto por la naturaleza y el cuidado de nuestro cuerpo.
[1] http://institutoaguaysalud.es/guia-hidratacion-saludable/
[2] http://www.nutricioncomunitaria.org/es/noticia-documento/21
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