Tostadas de queso fresco y mango

¿Has probado a añadir fruta a tus tostadas? Al principio puede sonar extraño, pero es una combinación deliciosa y saludable. A lo largo del año, siempre habrá una fruta de temporada ideal para añadir fibra y vitaminas a tus tostadas. La opción que te propongo hoy es de tostadas de queso fresco y mango. Irresistibles, ¿verdad?

Estas tostadas son un desayuno completo ya que te aportan hidratos de carbono, lácteo y fruta. Se prepara en 5 minutos y seguro que gustarán a toda la familia. ¿Qué más se le puede pedir a un desayuno?

Propiedades del mango

El mango es una fruta que tiene origen tropical pero también existen producciones en España, especialmente en Málaga y Granada. Así que te animo a buscar el mango local para minimizar el impacto sobre el medio ambiente. También puedes utilizarlo puntualmente para probar diferentes sabores y texturas y variar de las frutas de temporada. 

El mango es una fruta de textura suave, jugosa y refrescante con un buen equilibrio de sabores que oscilan entre el dulce y un ácido sutil que hacen que se adapte al gusto de todo el mundo. Por otro lado, el mango resulta una fruta especialmente rica en vitamina C. La vitamina C o ácido ascórbico tiene diferentes funciones en nuestro organismo: participa en la síntesis de colágeno, tiene poder antioxidante y tiene un papel relevante en nuestro sistema de defensas.

Elaboración de la tostada de queso fresco y mango

Introduce el pan en la tostadora. Mientras, pela y corta el mango en láminas finas. Corta unas lonchas de queso fresco. Cuando tengas listas las tostadas ya las puedes montar alternando una lámina de mango y una lámina de queso fresco. Finalmente, culmina con unos frutos secos para redondear el desayuno. En esta ocasión, he utilizado pistachos y almendras laminadas.

¿Sabías que…?

Existen muchísimas variedades de mango, alrededor de 20, y cada una de ellas tiene características de sabor y textura diferentes. De entre las variedades que se cultivan en nuestro país, la más apreciada suele ser la Osteen ya que tiene la pulpa menos fibrosa y se puede tomar hasta con cuchara. Lo podrás distinguir por su piel entre rojiza y anaranjada que se vuelve púrpura cuando madura.

Si te gusta el mango con un toque ácido elige la variedad Keitt, también se cultiva en España, es poco fibrosa y lo identificarás por su piel rosada.