19 Dic 2022

Los que dan lo mejor: Gisela Pérez, una aliada entre fogones

Nuestra protagonista, Gisela Pérez Almiñana, es una profesional con experiencia en la hostelería que lleva diez años entre nosotros. Esta valenciana con formación en cocina y repostería dirigía en la ciudad del Turia un próspero negocio de catering que tenía entre sus clientes al Canal 9 cuando su vida da un giro de 180 grados al mudarse por motivos familiares a Barcelona.

Gisela Pérez cocinando uno de nuestros preparados de tortilla
Gisela Pérez cocinando uno de nuestros preparados de tortilla

Gisela, aparte de tener la titulación de trabajadora social y un grado en cocina, es una luchadora nata. Pronto encuentra trabajo en Pascual e inicia su andadura comercial en rutas de alimentación de la delegación de Barcelona. Una experiencia exigente en sus inicios, “no conocía la ciudad y los fines de semana me dedicaba a recorrer los barrios que me asignaban”. La adaptación cultural también costaba: “hablaba medio valenciano y medio catalán. En Barcelona me tomaban por ilerdense y en Valencia parecía catalana. Cuando trabajaba en pueblos catalanes me decían: ya está aquí la che, pero supe hacerme un hueco”. Después de tres intensos años en el equipo de Daniel Montesinos- “a quien siempre agradeceré su apoyo máximo, como al resto de compañeros”- la familia de Gisela decide volver a su tierra natal.​​​​​​​

Se incorpora a las rutas mixtas de la Delegación de Valencia. De la mano de Juan Luis Poveda – “la persona que más me ha enseñado y ayudado a crecer profesionalmente y a desarrollar mi carrera en la compañía y a la que más tengo que agradecer”- Gisela sigue trabajando con clientes valencianos de alimentación, pero comienza a profundizar en el segmento Horeca que en Barcelona no había tenido la oportunidad de explorar. “Aunque mi formación es de hostelería, me imponía mucho respeto este canal, pero con la ayuda de los compañeros pronto me familiaricé, por ejemplo, con el café”. Su inmersión en la hostelería y su progresión comercial es constante durante todo este tiempo.

Calidad, servicio y formación

Nos recuerda que, “la formación es fundamental y yo me siento respaldada en este aspecto por la empresa y también por nuestros partners, como Borges, que nos ha capacitado en técnicas de calidad del aceite”. Aunque, añade, “en esta profesión tienes que estar permanentemente al día y yo misma me considero una autodidacta. Por ejemplo, en la mantequilla es necesario estudiar la materia grasa, su elasticidad, cómo se comporta con el calor etc. También queremos visitar la fábrica de Ovoproducto”.

“En los últimos tiempos hemos avanzado mucho en el negocio de cocina, estábamos algo alejados de los cocineros”. No olvida en este sentido la excelente labor de Pascual Profesional y, en concreto, de Kitchen Academy, nuestro espacio de formación y gestión en los que la cocina tiene un papel principal y que Gisela coordina en Levante como enlace con nuestros clientes. Sacando a relucir su espíritu inconformista rápidamente añade, “mi sueño sería que tuviésemos presencia en programas como Masterchef, aunque supongo que será complicado presupuestariamente”.

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Gisela se considera una viajera gastronómica que ha recorrido medio mundo, “si tuviera que escoger una cocina sería la japonesa y tailandesa, pero sin olvidar el arte de una buena paella hecha con leña de naranjo, conejo, pollo, garrofón, bachoqueta y tabella”. “Solo la pido en restaurantes muy escogidos”, añade con una sonrisa.

Por último, observa una robusta recuperación de la hostelería además de una progresiva transformación del modelo: “también salgo con los comerciales de hostelería organizada y vemos clientes que abren un local y al poco se expanden con mayor profesionalización y digitalización”. Nuestra charla concluye con la constatación de una preocupante tendencia: “cada vez hay menos profesionales, especialmente entre los más jóvenes. Los clientes me piden diariamente camareros y cocineros, me repiten lo mismo, les va bien, se están recuperando, pero falta personal”. Quién sabe, quizás nuestro próximo reto sea crear un vivero de profesionales hosteleros para darle la vuelta a la tortilla. ¿Por qué no soñar? Para Gisela Pérez no hay límites.